Pingos desbocados

Con duras declaraciones contra el oficialismo, los representantes de la mesa de enlace que nuclea a las patronales agrarias irán a dialogar con el gobierno argentino

Ungidos por la coyuntura como una suerte de dirigentes políticos, envalentonados y haciendo uso del triunfo de la oposición en las elecciones del 28 de junio como elemento legitimador, los ruralistas concurrirán a entrevistarse el próximo viernes con el jefe de gabinete, Aníbal Fernández, llevando varios reclamos bajo el brazo.

Uno de ellos será que las retenciones sean nulas para la totalidad de la producción agropecuaria con excepción de la soja, para la cual estarían dispuestos a aceptar 25% temporal, sólo para grandes productores y hasta que el gobierno encuentre otro lugar de donde obtener recursos.

Considerando la frágil tregua que este diálogo busca abrir, las declaraciones que realizan los integrantes de la mesa antes de la reunión con Fernández lejos están de estribar en la diplomacia, ya que son más propias de virulentos dirigentes políticos que de hombres de la corporación que representan. “Nos decían que les ganáramos en las urnas y les ganamos. ¿Qué nos queda por ganar? El problema es que nadie de la oposición se hizo cargo. La pelota está picando y hay que agarrarla antes de que la agarren los Kirchner”, lanzó el titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, tratando de meter presión a los dirigentes de los partidos que jugaron a su favor, los cuales (con la excepción de Elisa Carrió) se han manejado con un discurso crítico pero pretenden alcanzar una serie de acuerdos que descompriman la atmósfera política y, claro está, seguir capitalizando el resultado de las elecciones con miras a los comicios presidenciales de 2011.

Tradicional escenario y prudente distancia

La exposición rural que se realiza cada invierno en el predio de la Sociedad Rural Argentina (SRA) es y ha sido el ámbito en el cual los grandes productores agropecuarios han halagado a los presidentes funcionales a sus intereses (como lo fueron Carlos Menem y el ex dictador Jorge Videla), o bien abuchearon estruendosamente a aquellos mandatarios que aplicaban políticas impositivas que reducían sus ganancias. La ausencia de presidentes en las últimas ediciones ha devaluado su peso para marcar agenda, pero, acaso para que la muestra recupere un poco de gravitación, el titular de Confederaciones Rurales Argentinas, Mario Llambías, formuló declaraciones interpretables como poco felices antes del encuentro con el jefe de gabinete: “Martínez de Hoz merece el mayor de mis respetos”. Si bien se refería a uno de los fundadores de la SRA, la figura de su bisnieto, José Martínez de Hoz, ministro de Economía de la última dictadura militar, apareció como un indeseable fantasma, que enturbia aun más la previa de la visita a la Casa Rosada.

Quien sí se hizo presente en la Rural fue el oficialista (por el momento) gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien tuvo su encuentro con la mesa de enlace en el predio de la SRA. Su acercamiento al ruralismo y el hecho de haberse mostrado propenso al diálogo aun antes de que el gobierno lo convocase le valieron buenas críticas de parte del ruralismo. Tras la reunión, en la cual se trató el recurrente tema de las retenciones, Hugo Biolcati ponderó la actitud del ex motonauta: “El gobernador de la provincia de Buenos Aires y presidente del Partido Justicialista nos ha honrado con su presencia”. Acaso este movimiento pueda ser interpretado como otro paso de Scioli para despegarse del kirchnerismo ante la inminente batalla por la nueva conducción del peronismo, para así granjearse el visto bueno de quienes resulten vencedores. Para recobrar la alta rentabilidad de sus negocios, el desalojo de los Kirchner de la Casa Rosada es el objetivo primordial del “partido del campo”, que no vacila en alabar a posibles aliados, en jugar de referente político, ni en subir la apuesta para crear un clima que varios analistas coincidieron en calificar como “destituyente”.

La Diaria, Montevideo - Uruguay, 29 de julio de 2009.