05 agosto 2009

Nostalgias

De cómo un sector del poder económico incide en la vida política, social y económica de la Argentina.

Las patronales agropecuarias que integran la mesa de enlace tienen una larga existencia durante la cual nunca dejaron de gravitar políticamente a causa de su inmenso poder económico. El modelo agroexportador fue el paradigma excluyente de la actividad económica, continuando con una tradición que data de la consolidación de Argentina como nación hacia mediados del siglo XIX, época en la que nacía la Sociedad Rural Argentina (SRA), uno de cuyos fundadores y primer presidente fue José Martínez de Hoz.
El ascenso de Juan Domingo Perón al poder en 1946 marcó para siempre la lucha de clases en este país, ya que el peronismo pudo cohesionar en un solo movimiento al grueso de la masa trabajadora y lograr un efectivo contrapeso de la hegemónica oligarquía, la que hasta ese momento había gozado de la benevolencia de gobiernos surgidos de su propio riñón. Derrocado Perón por la Revolución Libertadora, en 1955, la restauración conservadora se encargó de socavar las conquistas del “régimen depuesto” para reinstalar su modelo de país interrumpido en el período 1946-1955, pero contestado desde la clandestinidad por una resistencia peronista que, con el correr de los años, volvería a emprenderla contra la hegemonía oligárquica. Luego de un período en el cual la resistencia tomó bríos diversos, hacia mediados de la década de 1960 surge en su seno la tendencia revolucionaria del peronismo, la que vería su apogeo a principios de los 70 con el protagonismo logrado por la organización Montoneros y el excluyente regreso de Perón al país y a la presidencia de la Nación. Tras la muerte del líder, la escalada de la violencia para dirimir el rumbo que habría de tomar el país tuvo su triste corolario el 24 de marzo de 1976, cuando las fuerzas armadas dieron el golpe de Estado autodenominado “Proceso de reorganización nacional”, que habría de marcar a fuego la historia reciente de Argentina.

La SRA y el Proceso
La Junta Militar designó como ministro de Economía a José Martínez de Hoz, bisnieto del fundador de la SRA, quien pondría al país en sintonía con la ortodoxia que las potencias económicas de occidente readoptarían. Martínez de Hoz anunciaba la línea que la dictadura tomaría abriendo “un nuevo capítulo de la historia económica argentina”, dando vuelta “una hoja del intervencionismo estatizante y agobiante de la actividad económica para dar paso a la liberación de las fuerzas productivas”.
Lo que Martínez de Hoz anunciaba restablecía los privilegios del tradicional andamiaje de la economía local y abría el juego para la especulación financiera y la importación irrestricta, lo que terminó por desmembrar al sector industrial.
Al cumplirse el primer aniversario de la Junta Militar en el poder, los principales diarios publicaron una solicitada titulada “La SRA al país. En el primer aniversario del Gobierno de las Fuerzas Armadas”, en la cual se reivindicaba explícitamente el accionar de la dictadura. Retrotrayéndose un año, el suelto rezaba en alguno de sus pasajes: “En esos momentos todos estábamos dispuestos a dar cualquier cosa por tener garantías mínimas de vida y de bienes”. Apelando a la retórica de los comunicados castrenses, la SRA afirmaba que “las Fuerzas Armadas tomaron las riendas del país con patriótico empeño” y que “la guerrilla apátrida y brutal, amparada en buena medida por las anteriores autoridades, ha sufrido rudos golpes y está en franca retirada”. Finalizando la solicitada, la SRA reiteraba “frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de marzo de 1976, para poder lograr así los fines propuestos […]”.

La SRA hoy
La entidad nunca se rectificó de aquella solicitada y recientemente, en el programa Hora clave, de Mariano Grondona, el titular de la SRA, Hugo Biolcati, no ocultó sus deseos destituyentes, en complicidad con el periodista. Para los grandes productores agropecuarios, los Kirchner son una molestia tanto desde lo económico como desde lo ideológico, pero el recurso de las retenciones a las exportaciones del sector para obtener recursos para el Estado no es invención del kirchnerismo. Años atrás, en la otrora típica visita del presidente a la inauguración de la muestra rural, Raúl Alfonsín fue estruendosamente abucheado por aplicar precisamente esta política impositiva, abucheo que Alfonsín respondió con vehemencia desde el estrado.
“Cuando el campo dice ‘patria’ piensa con nostalgia en aquel magnífico granero del mundo”, sostiene Biolcati, añorando los gobiernos que no gravaban la espectacular renta del sector y, por extensión, operando en el campo político para restaurar al liberalismo en el poder.

La Diaria, Montevideo - Uruguay, 5 de agosto de 2009.

No hay comentarios.: