12 agosto 2009

Otra pantalla, el mismo circo

Una protesta del sindicato de jugadores por deudas no saldadas derivó en la despedida del Grupo Clarín del fabuloso negocio del fútbol argentino

El mes pasado, el titular de Futbolistas Argentinos Agremiados, Sergio Marchi, elevó al presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, un reclamo para que los clubes de diversas categorías paguen las deudas que tienen con varios jugadores, las que totalizan casi 40 millones de pesos. De saldar tal pasivo dependía el inicio del Torneo Apertura (previsto para el 21 de agosto, con o sin televisión), ya que varias instituciones se verían imposibilitadas de participar en sus correspondientes campeonatos a causa de la inhibición que pesaría sobre ellas. Inesperadamente, el reclamo de Marchi desencadenó una serie de acontecimientos de alta repercusión. Ayer por la noche, el Consejo Directivo de la AFA resolvió por unanimidad la rescisión del contrato que ligaba a la AFA con Televisión Satelital Codificada (TSC) -empresa conformada en partes iguales por el Grupo Clarín y Torneos y Competencias-, en el cual se otorgaba a esta última los derechos de televisación de los partidos de las divisiones A, B Nacional y B Metropolitana. Con el último reajuste del contrato, que vencía en 2014, la AFA percibía anualmente 268 millones de pesos de parte de TSC, dinero que se distribuía entre los clubes que integran la AFA de forma no equitativa, siendo Boca y River los principales beneficiarios, pues se llevaban más de 25 millones cada uno, en comparación con los 16 que embolsaban San Lorenzo o Vélez, o con los 7 que recibían clubes como Colón o Estudiantes de La Plata.

Borrón y cuenta nueva
Las excelentes relaciones que sostuvieron hasta ayer Grondona y TSC les posibilitaron acceder a fabulosos beneficios gracias a la larga sociedad que conformaron durante 18 años. Pero ahora, vistos los flacos favores que tal sociedad le hizo al fútbol argentino respecto de la distribución de las grandes utilidades, Grondona encolumnó a la tropa de dirigentes que durante años acató sumisamente sus unipersonales designios y ahora, bajo la forma de Consejo Directivo, resolvió por unanimidad dejar sin efecto el contrato argumentando que TSC, entre otras cosas, incumplió la affectio societatis, es decir, incurrió en la falta de voluntad decidida de cooperar activamente en la obra social estando dispuesto a organizar sus esfuerzos para conseguir el fin común. La AFA, según declaró su vocero, Ernesto Cherquis Bialo, luego de que el Consejo Directivo tomara la resolución, dará curso legal ante tal presunto incumplimiento.
Por su parte, TSC también había dejado en claro que recurriría a la justicia en caso de que la AFA rescindiese el contrato. Si se llevara a cabo el litigio y lo ganara la empresa, los clubes están exentos de cualquier responsabilidad civil y penal por la ruptura del vínculo, corriendo la AFA con todas ellas. Horas antes del anunciado desenlace, TSC intentó, sin éxito, reunirse por detrás de la AFA con los dirigentes de los clubes con el fin de llegar a un acuerdo (ofrecía 40 millones a pagar a largo plazo y con pocos intereses), pero los dirigentes, tras consultar con quien lleva las riendas del fútbol argentino desde hace más de 30 años, dejaron los sillones vacíos en la sala de reuniones.
En rueda de prensa, Cherquis Bialo desmintió un acuerdo con el estatal Canal 7 y manifestó desconocer si el Estado cumplirá algún tipo de rol ante esta nueva coyuntura, agregando que se buscará que en el nuevo contrato que se suscriba la AFA sea y actúe como socio y no como subordinado.

El supuesto rol del gobierno
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, negó que Néstor Kirchner haya sostenido reunión alguna con Grondona por el tema de la televisación del fútbol. A su vez, según publicó el diario Crítica de la Argentina y esta vez sin desmentida oficial, Grondona se habría reunido días atrás en la Casa Rosada con la presidenta Cristina Fernández. De tal encuentro habría surgido la siguiente oferta para don Julio: que el oficial Sistema Nacional de Medios compraría a la AFA los derechos de televisación del fútbol en 600 millones de pesos anuales y que el gobierno instrumentaría la puesta en marcha del Prode bancado, un juego de azar que consiste en acertar los resultados de los partidos y del que la AFA recibiría algunas utilidades. Los más de 300 millones extra que contemplaría el futuro contrato no irían a parar a las arcas de la AFA sino al fisco, uno de los más grandes acreedores que tienen los clubes.
Así, con las garantías del caso, el Consejo Directivo de la AFA se animó a hacer la gran jugada anhelada por el gobierno: romper con el Grupo Clarín y sus socios. Para la administración de Cristina Fernández esta ruptura significa propinarle un duro golpe al conglomerado de empresas dirigido por Ernestina Herrera de Noble, además de generar nuevas condiciones mediáticas para que el proyecto de ley de Servicios de Comunicación Audiovisual cobre un nuevo impulso.

La Diaria, Montevideo - Uruguay, 12 de agosto de 2009.

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