18 agosto 2009

El diálogo de la discordia

La rueda de conversaciones con los sectores de la oposición a la que convocó el gobierno luego de las elecciones del 28 de junio no le ha sentado para nada bien al Acuerdo Cívico y Social (ACyS), alianza que integran la Coalición Cívica (CC), la Unión Cívica Radical y el Partido Socialista. Primero, tras desestimar el convite de Cristina Fernández por considerarlo una maniobra del oficialismo, la líder de la CC, Elisa Carrió, le salió al cruce a Margarita Stolbizer, la referente y diputada electa por ese espacio político en la provincia de Buenos Aires, ya que fue la única dirigente de tal sector en asistir a la Casa Rosada cuando le tocó el turno al ACyS. Acaso no pudiendo tolerar semejante desautorización, y pese a ser diputada electa por la Capital Federal, Carrió anunciaba días después que se mudaría a la provincia para hacer política: “la CC tiene algunas dificultades en Buenos Aires” sostuvo tras llegar de unas vacaciones con sus hijos en Disney, mientras que respecto del conflicto con Stolbizer cree que se va a solucionar “de la mejor manera posible”: ergo, desplazarla y motorizar su camino al 2011 desde territorio bonaerense donde, según algunas encuestas, contaría con una interesante intención de voto.
Mientras tanto, el titular del radicalismo, Gerardo Morales, hacía referencia a las discrepancias que tiene con Carrió en el tema del diálogo, aunque después volvería sobre sus palabras y afirmaría que con la líder de la CC también lo unen grandes coincidencias, tratando de bajar los decibeles a una poco afortunada polémica que ha tomado demasiado estado público.
Para Morales, si bien el resultado de las onversaciones ha sido nulo, es posible retomar los contactos con el gobierno basándose en que “el diálogo es la esencia de la democracia que tiene que ver con las convicciones de nuestro partido”. Y es aquí donde se denota el rol de moderador que forzadamente debe jugar el radicalismo entre la intransigencia de Carrió y la necesaria postura dialoguista de los sectores que impulsan al vicepresidente Julio Cobos, con el añadido de que el radicalismo es consciente de que si este espacio político fracasa, sus chances en 2011 serán muy reducidas. Por ello el radicalismo y su jefe, Morales (que en tales elecciones tiene previsto competir por la gobernación de la provincia de Jujuy), deben sostener la hoy frágil alianza para que ésta llegue con la solidez necesaria a tal instancia. Pero no será tarea fácil. Carrió ve seriamente amenazadas sus posibilidades de candidata por el ACyS a causa del exponencial crecimiento que experimentó Cobos tras su recordado voto “no positivo”, ratificado por el casi 50% de los votos que sus candidatos obtuvieron en Mendoza en las últimas elecciones. Recordemos que Carrió casi queda excluida de la cámara baja por la espectacular elección que hizo el sector del cineasta Fernando Pino Solanas y necesita, para contrarrestar el avance del vicepresidente, un escenario en el que esté favorablemente posicionada y, desde allí, avanzar casilleros.
Pero otro escollo para Carrió sería el potencial compañero de fórmula de Cobos, el actual gobernador de la provincia de Santa Fe por el socialismo, Hermes Binner. De consolidarse tal fórmula, radicales y socialistas harían causa común dentro del ACyS, dejando aislada a la CC y, consecuentemente, echar por tierra las aspiraciones de Carrió.
Es por ello que estos desacuerdos no hacen más que traslucir una necesariamente anticipada puja para que 2011 los encuentre unidos y no desmembrados.

La Diaria, Montevideo - Uruguay, 18 de agosto de 2009.

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