Diario El Nuevo Siglo - Bogotá, Colombia - 19/08/2006
CRÍTICAS AL MANDATARIO ARGENTINO
Por Maximiliano Perel
Especial para EL NUEVO SIGLO
BUENOS AIRES - Argentina
El presidente argentino ha aprovechado las próximas elecciones regionales para medir su popularidad y la eventual aprobación de un segundo mandato que ha sido muy cuestionado entre varios sectores del país
EL PRESIDENTE Kirchner, buscando consolidar sus ya amplias cuotas de poder, apoya una nueva reelección del gobernador de la provincia de Misiones, Carlos Rovira, lo que le ha deparado un nuevo y estruendoso enfrentamiento con la Iglesia argentina.
A fin de quedar habilitado para postularse a un nuevo mandato, Rovira impulsa la reforma del artículo 110 de la Constitución Provincial. Es por ello que tendrán lugar en la provincia, el próximo 29 de octubre, las elecciones para elegir a los Convencionales Constituyentes, en las que la ambición “reeleccionista” del gobernador estará echada a la suerte que corra su prima y primera candidata a constituyente por el oficialismo, Viviana Rovira.
Kirchner, en un explícito respaldo al titular del ejecutivo provincial, estuvo días atrás en Misiones y se manifestó a favor de la reelección indefinida, lo que, por un lado, da un fuerte espaldarazo a Rovira a la vez que facilita la llegada a Misiones de dinero destinado a la obra pública (indispensable para atraer votos) y, por otro, pone al presidente en una acentuada contradicción, dado que semanas antes había manifestado que no impulsaría modificaciones en la Carta Magna durante su gestión, especialmente aquellas que permitan renovar indefinidamente los mandatos presidenciales.
La Iglesia
Por su parte, la Iglesia Católica ha adquirido un papel destacado en esta coyuntura dado que la oposición a Rovira es encabezada por el ahora obispo emérito de Puerto Iguazú, monseñor Joaquín Piña, quien es el primer candidato a constituyente por el Frente Unidos por la Dignidad (FUD); y es la candidatura de Piña la que reavivó la tensa relación que sostienen el Gobierno y la Iglesia Católica, dado que, y en formas diferentes a las habituales, el Vaticano aceptó a mediados de esta semana la renuncia de Piña a su cargo, la que había sido solicitada en Mayo de 2005.
El ex titular de la diócesis de Puerto Iguazú manifestó a varios medios gráficos, televisivos y radiales que, si bien su alejamiento del obispado le da más libertad para afrontar los últimos tramos de la campaña, sería lamentable que el Gobierno hubiese influido en la aceptación de su renuncia por parte de la Santa Sede, puesto que la medida llega en un momento inoportuno sumado a que la respuesta del Vaticano recién se esperaba para fines del presente año.
Asimismo, Piña manifestó en el canal de noticias TN que “yo no me enfrento con nadie, no estoy en contra de nadie. Yo estoy defendiendo la democracia y de alguna manera el que ha propuesto esta reforma de la Constitución, que nos preocupa mucho, es el gobernador de Misiones”. También sostuvo que su candidatura a la convencional constituyente no sólo fue apoyada por el propio Cardenal Jorge Bergoglio, sino que en todo momento se ha sentido respaldado por la totalidad del Episcopado Argentino.
Más allá del resultado que arrojen las elecciones del próximo día 29, queda claro que la Iglesia argentina en su conjunto ha adoptado una posición homogénea ante la situación y que, de vencer Piña, se atribuiría como propia la victoria sobre Kirchner. Sobre la jugada política de éste último, al adherir a las intenciones de perpetuación en el poder de Rovira, son muchas las interrogantes que se abren acera de que si tal maniobra arrojará un saldo positivo para el presidente, ya que todavía están frescos los recuerdos de la manía reeleccionista del ex presidente Carlos Menem, lo que en definitiva terminó por socavar su futuro político.
Tampoco deja de sorprender cómo es que alguien que ha logrado consolidar su propio poder a fuerza de una aguda inteligencia política, recurre ahora a una arriesgada apuesta de incierto resultado, ya que las intenciones de perpetuarse en el poder son vistas por varios sectores de la sociedad como antidemocráticas.
Kirchner, respaldando a Rovira, se coloca al lado de alguien que es percibido con ribetes autoritarios, lo que va a contrapelo del criterio aplicado por el gobierno en algunos puntos de su gestión.
De obtener un resultado negativo en la elección misionera, el oficialismo igualmente tendrá tiempo de absorber el golpe para llegar sin mayores consecuencias a las elecciones nacionales del próximo año y, de ganar Rovira, restará observar cómo se toma forma el rédito político que el presidente fue a buscar a 1300 kilómetros de la Casa Rosada.
CRÍTICAS AL MANDATARIO ARGENTINO
Por Maximiliano Perel
Especial para EL NUEVO SIGLO
BUENOS AIRES - Argentina
El presidente argentino ha aprovechado las próximas elecciones regionales para medir su popularidad y la eventual aprobación de un segundo mandato que ha sido muy cuestionado entre varios sectores del país
EL PRESIDENTE Kirchner, buscando consolidar sus ya amplias cuotas de poder, apoya una nueva reelección del gobernador de la provincia de Misiones, Carlos Rovira, lo que le ha deparado un nuevo y estruendoso enfrentamiento con la Iglesia argentina.
A fin de quedar habilitado para postularse a un nuevo mandato, Rovira impulsa la reforma del artículo 110 de la Constitución Provincial. Es por ello que tendrán lugar en la provincia, el próximo 29 de octubre, las elecciones para elegir a los Convencionales Constituyentes, en las que la ambición “reeleccionista” del gobernador estará echada a la suerte que corra su prima y primera candidata a constituyente por el oficialismo, Viviana Rovira.
Kirchner, en un explícito respaldo al titular del ejecutivo provincial, estuvo días atrás en Misiones y se manifestó a favor de la reelección indefinida, lo que, por un lado, da un fuerte espaldarazo a Rovira a la vez que facilita la llegada a Misiones de dinero destinado a la obra pública (indispensable para atraer votos) y, por otro, pone al presidente en una acentuada contradicción, dado que semanas antes había manifestado que no impulsaría modificaciones en la Carta Magna durante su gestión, especialmente aquellas que permitan renovar indefinidamente los mandatos presidenciales.
La Iglesia
Por su parte, la Iglesia Católica ha adquirido un papel destacado en esta coyuntura dado que la oposición a Rovira es encabezada por el ahora obispo emérito de Puerto Iguazú, monseñor Joaquín Piña, quien es el primer candidato a constituyente por el Frente Unidos por la Dignidad (FUD); y es la candidatura de Piña la que reavivó la tensa relación que sostienen el Gobierno y la Iglesia Católica, dado que, y en formas diferentes a las habituales, el Vaticano aceptó a mediados de esta semana la renuncia de Piña a su cargo, la que había sido solicitada en Mayo de 2005.
El ex titular de la diócesis de Puerto Iguazú manifestó a varios medios gráficos, televisivos y radiales que, si bien su alejamiento del obispado le da más libertad para afrontar los últimos tramos de la campaña, sería lamentable que el Gobierno hubiese influido en la aceptación de su renuncia por parte de la Santa Sede, puesto que la medida llega en un momento inoportuno sumado a que la respuesta del Vaticano recién se esperaba para fines del presente año.
Asimismo, Piña manifestó en el canal de noticias TN que “yo no me enfrento con nadie, no estoy en contra de nadie. Yo estoy defendiendo la democracia y de alguna manera el que ha propuesto esta reforma de la Constitución, que nos preocupa mucho, es el gobernador de Misiones”. También sostuvo que su candidatura a la convencional constituyente no sólo fue apoyada por el propio Cardenal Jorge Bergoglio, sino que en todo momento se ha sentido respaldado por la totalidad del Episcopado Argentino.
Más allá del resultado que arrojen las elecciones del próximo día 29, queda claro que la Iglesia argentina en su conjunto ha adoptado una posición homogénea ante la situación y que, de vencer Piña, se atribuiría como propia la victoria sobre Kirchner. Sobre la jugada política de éste último, al adherir a las intenciones de perpetuación en el poder de Rovira, son muchas las interrogantes que se abren acera de que si tal maniobra arrojará un saldo positivo para el presidente, ya que todavía están frescos los recuerdos de la manía reeleccionista del ex presidente Carlos Menem, lo que en definitiva terminó por socavar su futuro político.
Tampoco deja de sorprender cómo es que alguien que ha logrado consolidar su propio poder a fuerza de una aguda inteligencia política, recurre ahora a una arriesgada apuesta de incierto resultado, ya que las intenciones de perpetuarse en el poder son vistas por varios sectores de la sociedad como antidemocráticas.
Kirchner, respaldando a Rovira, se coloca al lado de alguien que es percibido con ribetes autoritarios, lo que va a contrapelo del criterio aplicado por el gobierno en algunos puntos de su gestión.
De obtener un resultado negativo en la elección misionera, el oficialismo igualmente tendrá tiempo de absorber el golpe para llegar sin mayores consecuencias a las elecciones nacionales del próximo año y, de ganar Rovira, restará observar cómo se toma forma el rédito político que el presidente fue a buscar a 1300 kilómetros de la Casa Rosada.
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