11 octubre 2006

Radicalismo argentino busca ‘salvavidas’ político

Diario El Nuevo Siglo - Bogotá, Colombia - 26/08/2006

CONVENCIÓN NACIONAL DEL PARTIDO

Por Maximiliano Perel
Especial para EL NUEVO SIGLO
Buenos Aires, Argentina

El ex ministro Roberto Lavagna, se perfila como la única salida a la crisis de uno de los partidos políticos de mayor trascendencia en el país, quien deberá decidir si se presenta como candidato en las presidenciales del próximo año

LA UNIÓN Cívica Radical (UCR), uno de los partidos tradicionales de la Argentina, asiste a un nuevo capítulo de su disgregación, y tal vez al preámbulo de su fractura, tras anunciar los dirigentes que adhieren a la concertación con el oficialismo (llamados radicales K por Kirchner) que no asistirán a la Convención del partido que se desarrolla este fin de semana en la ciudad de Rosario, convocando a su vez a una reunión del sector el próximo mes en Córdoba.
Si bien en una primera instancia había anunciado la asistencia de su sector al encuentro de Rosario, Miguel Saiz, gobernador de la Provincia de Río Negro (e integrante del grupo de radicales K que lidera el gobernador de Mendoza, Julio Cobos), argumentó la deserción del mismo diciendo que su presencia sería inconveniente dado que las autoridades de la Convención ya han hecho público el contenido del documento que se suscribirá, el que incluye agravios contra el presidente, con quien precisamente desean arribar a un acuerdo.
Del otro lado, contando con la mayoría dentro del radicalismo y liderados por el ex-presidente Raúl Alfonsín, estan quienes aspiran a cerrar una alianza con el ex-ministro de economía, Roberto Lavagna, para así consolidar un espacio opositor liderado por la UCR de cara a las elecciones del año próximo.

La crisis
Uno de los episodios que agravó aún más la ya difícil situación de la UCR, fue sin duda la caída del presidente Fernando de la Rúa.
La crisis del partido se extendió en sus principales plazas (Capital Federal, la Provincia de Buenos Aires, y el Gran Buenos Aires), sin embargo, desde entonces a nivel local, de municipalidades, ha logrado tener triunfos determinantes, que son la esperanza de la permanencia política de una de los partidos más tradicionales.
De esta forma se presenta el radicalismo por estos días, partido que vio cómo su gobierno de 1983 (el que marcó el retorno a la democracia tras la dictadura militar) se desmoronaba al renunciar Alfonsín a la presidencia de la Nación en 1989, en medio de un pico hiperinflacionario sin precedentes. Tras la década menemista (1989-1999), la UCR logra recomponerse y, conformando una alianza con sectores progresistas, alcanza nuevamente el gobierno. La coalición se desmorona poco tiempo después tras el escándalo de corrupción en el senado (compra de votos de la oposición para aprobar las leyes de flexibilización laboral) y posterior demisión del vicepresidente, Cárlos Álvarez, al denunciar los hechos y no encontrar apoyo dentro del mismo gobierno que integraba. Posteriormente la crisis institucional y económica forzarían la caída de Fernando de la Rúa en 2001, circunstancia de la cual nadie pensaba que el radicalismo se recuperaría.
Si bien ya no está en los niveles de gravedad que por entonces, la crisis de la UCR se ve reflejada en que los dos sectores enfrentados buscan a su candidato presidencial en una figura no surgida dentro del propio partido: los radicales K apoyan la gestión del presidente (justicialista), mientras que el sector que lidera Alfonsín postula a Lavagna, quien también es originario del justicialismo.

Incertidumbre
Tal como se presentan las cosas, y vistos los sondeos de imagen e intención de voto, el oficialismo se ha abocado a operar sobre aquella parte de la oposición que podría traerle problemas en las elecciones. Dado que la figura de Roberto Lavagna conlleva cierto atractivo para el voto de derecha y centro-derecha, desde el oficialismo se promueve la división de la UCR para que, en caso de que el ex-ministro opte finalmente por ser acompañado por este sector, el mismo llegue debilitado a esa instancia.
Por otra parte, los restantes espacios de la derecha han decidido competir a solas (tal el caso del ARI, liderado por la ex-radical Elisa Carrió) o bien no han terminado de concretar alianzas. Desde Neuquen se postula el gobernador Jorge Sobich con su partido provincial (la Unión Popular Neuquina), quien tiene tratativas con la alianza Propuesta Republicana (liderada por el diputado y presidente del club Boca Juniors, Mauricio Macri y el efímero ministro de economía de la gestión De la Rúa, Ricardo López Murphy).
Finalmente, sólo queda por esperar cuáles serán los candidatos que le darán la pelea al presidente Néstor Kirchner, que además enfrentaría a su propia esposa, pues el rumor de su posible candidatura a las presidenciales, parece tomar cada vez más fuerza.

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