17 octubre 2007

Tejes y manejes electorales

LAS ELECCIONES LLEGAN A ARGENTINA CON GANADORES CANTADOS, RARAS ALIANZAS Y MIRADAS PUESTAS TAMBIÉN EN LOS GOBERNADORES

Con la total ausencia de debate entre candidatos, sin elecciones internas y con la fragmentación de los partidos políticos, en un panorama en el que justicialistas y radicales ya no son lo que eran, se vienen las elecciones nacionales argentinas del 28 de octubre. A ellas se suma la votación local en ocho provincias, entre ellas Buenos Aires, que generan otras contiendas entre el oficialismo y la oposición.

En lugar de elecciones internas, son las designaciones basadas en acuerdos entre agrupaciones y dirigentes las que conforman las fórmulas que competirán por la presidencia argentina el domingo 28. Eljusticialismo y el radicalismo, las dos fuerzas políticas históricas en Argentina, llegan a esa fecha con una gran fragmentación. El ejemplo más claro de este panorama es la fórmula a la que todas las encuestas dan por ganadora. La candidata presidencial Cristina Fernández de Kirchner, proveniente del justicialismo, lleva como vice a Julio Cobos, un radical que se ganó la expulsión del partido al aceptar integrar la fórmula.
Si bien las elecciones nacionales acaparan la atención, el resultado de otras luchas por el voto que se darán el domingo 28 son también relevantes para las agrupaciones políticas. En ocho provincias, además del futuro presidente de Argentina se elige gobernador, vicegobernador y legisladores provinciales.

Es el caso de Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Misiones, Salta y Santa Cruz.
Tanto en las elecciones provinciales como en la elección de representantes nacionales, diferentes sectores de la oposición buscarán fortalecerse después de recientes éxitos electorales de este año: el del Propuesta Republicana (PRO) de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires, el histórico triunfo del socialista Hermes Binner en la provincia de Santa Fe, y el del ARI (Alternativa para una República de Iguales) de Elisa Carrió, que ganó en Tierra del Fuego con Fabiana Ríos como candidata. El oficialismo busca consolidar el poder de acción del nuevo presidente, ya que el margen de acción con el que contará para impulsar su programa de gobierno quedará definido de acuerdo a cómo se componga el futuro Congreso, a quién resulte electo Gobernador de la Provincia de Buenos Aires -la más importante en actividad económica y en caudal de votos- y a quiénes sean electos intendentes de los principales distritos del conurbano bonaerense.

Llegar al ballotage
Tanto las encuestas encargadas por el oficialismo como por la oposición son contundentes: Cristina Fernández se impondría en primera vuelta. A pesar de semejante escenario, Carrió y Roberto Lavagna, segunda y tercero en los sondeos, centran sus esfuerzos en llegar a un balotaje. Sus esperanzas apuntan a los indecisos, que según las encuestas significan entre el 10% y el 15% del electorado. Esperan captar sus votos al capitalizar los errores y escándalos que salpicaron en los últimos tiempos al gobierno, en especial las acusaciones de manipulación de los índices de inflación en el INDEC (el instituto estatal que se encarga de su medición) y en la ausencia de un programa oficial para frenar el brote inflacionario.
La oposición, en especial Carrió, critica a los candidatos oficialistas por no prestarse a debatir. En cambio su especialidad, la economía, es el caballito de batalla de Lavagna, quien en este panorama fragmentado cuenta con el apoyo del radicalismo que responde a Raúl Alfonsín y de sectores del justicialismo “anti K”, que tampoco adhieren al frente de Alberto Rodríguez Saá. El ex ministro de Economía de Kirchner y padre del actual modelo económico -basado en un dólar alto que beneficia en especial a la inversión extranjera y a los productores rurales que exportan- centra su crítica en que el oficialismo carece de un plan de fondo para controlar la inflación. Pero la insistencia de la oposición en temas tan cercanos a los votantes como el aumento de los precios no modificó hasta ahora la tendencia que marcan las encuestas.
Además de una oposición
fragmentada, cuya candidata más votada no alcanzaría el 30%, otra razón que puede explicar el amplio liderazgo del oficialismo es el control que éste tiene sobre el aparato del Partido Justicialista (PJ), el que desde siempre se las arregló para movilizar a las masas y en ocasiones practicó el clientelismo a la hora de buscar el voto. Hoy el aparato justicialista está a las órdenes del Frente para la Victoria, el espacio creado por Kirchner, al cual logró sumar dirigentes que antes respondían al ex presidente Eduardo Duhalde. Desde ese espacio Kirchner además debilitó en forma hábil a la oposición, al sumar también a dirigentes de sectores no justicialistas bajo la consigna de construir una fuerza “transversal”. Atrajo al bloque de los “radicales K”, un grupo de dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR), entre ellos Cobos, candidato a vice y gobernador de Mendoza.


“La” Provincia
Así como se da por descontado el triunfo de Cristina Fernández a la presidencia, las encuestas también auguran la victoria del actual vicepresidente Daniel Scioli para suceder a Felipe Solá en el gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Quien accede a la gobernación de este distrito, en manos del peronismo desde 1983, se asegura un excelente puesto para su crecimiento político. En las zonas aledañas a la Capital Federal viven alrededor de diez millones de personas, cerca
de un tercio de la población total del país, y ese electorado define las elecciones nacionales. En este distrito Macri invita a votar al empresario Francisco de Narváez (propietario del canal abierto América TV), con quien recién cerró la alianza Unión PRO tras su éxito en la capital. Desde allí, Macri apunta a construir un espacio que lo deposite con buenas perspectivas para las presidenciales de 2011.
Quienes también buscan ganar la provincia, con escasas chances, son Jorge Sobisch y Jorge Asís, los candidatos por el Frente Provincias Unidas. En una alianza que suma cuestionamientos, Sobisch, candidato a presidente y actual gobernador de Neuquén, sumó su espacio al candidato a gobernador bonaerense Juan Carlos Blumberg. Mientras Sobisch es señalado como responsable político de la muerte del maestro Carlos Fuentealba en una feroz represión policial a una manifestación en su provincia, Blumberg fue cuestionado por hacerse llamar “ingeniero” sin contar con ese título, lo que le llevó a perder el apoyo de Macri. A su vez, varias voces hablan
de un reagrupamiento del justicialismo duhaldista para las próximas elecciones parlamentarias y, pese a que el propio Duhalde manifestó haberse alejado de la actividad política, son notorias sus operaciones para debilitar al matrimonio Kirchner. Un ejemplo es el traslado de los restos de Juan Domingo Perón a la quinta de San Vicente, “movida” que se atribuye a los sectores duhaldistas y que culminó en el violento enfrentamiento entre el gremio de la construcción de Gerardo Martínez y el de los camioneros de Pablo Moyano, hijo de Carlos Moyano, el
actual titular de la CGT, una de las centrales sindicales argentinas.

Los otros presidenciables
Las oportunidades de alcanzar la presidencia como la del candidato del justicialismo “anti K” Jorge Sobisch y las de Alberto Rodríguez Saá, con el apoyo del ex presidente Carlos Menem y el ex gobernador de Misiones, Ramón Puerta, son mínimas. Y reflejan el retroceso de la derecha más tradicional en favor de otra que se presenta como desligada de una ideología y más volcada a administrar el Estado a modo de empresa. Ésta es la que orienta Macri, aunque su candidato de la alianza Recrear-PRO, Ricardo López Murphy, está lejos de la improbable segunda vuelta.
Además de los postulantes a presidentes que acaparan la casi totalidad de la publicidad, hay ocho
fórmulas más que se presentan a competir en estas elecciones. La mitad de ellas revisten en las filas de la izquierda, que se muestra más fragmentada aún que la oposición conservadora. Al igual que la derecha, la izquierda apeló a las alianzas electorales para obtener presencia parlamentaria. Partidos ya tradicionales de esta tendencia como el Movimiento Socialista de los Trabajadores, el Partido Obrero o el Partido de los Trabajadores Socialistas presentan sus candidatos, y se nota la ausencia del Partido Comunista que en las elecciones de Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires acompañó al kirchnerismo con Carlos Heller como compañero de fórmula de Daniel Filmus.

Nota publicada en La Diaria de Montevideo - Uruguay el 17/10/2007

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