28 enero 2009

El plantel peronista

Los dirigentes justicialistas buscan suceder a los Kirchner en Argentina y, antes de las legislativas de 2009, se preparan hacia las presidenciales de 2011

Aunque en la segunda mitad de 2009 Argentina votará en elecciones legislativas, cuyo resultado tendrá incidencia directa en los comicios presidenciales de 2011, varios dirigentes del peronismo ya manifestaron abiertamente sus intenciones de suceder a Cristina Fernández en el sillón de Rivadavia. El conflicto de las gremiales agrarias con el gobierno aceleró los tiempos políticos y todos debieron anticipar sus jugadas para no perder terreno. En el oficialismo reina el típico silencio, aunque el ex presidente Néstor Kirchner, titular del Partido Justicialista, aparecería como posible candidato.


Días después de las elecciones presidenciales de 2007, y pese a su magra cosecha de votos, el dirigente justicialista Alberto Rodríguez Saá anunciaba su candidatura a las elecciones presidenciales de 2011. Hoy vuelve a hacerlo buscando posicionarse como referente de la derecha peronista bajo el rótulo Frejuli (Frente Justicia Unión y Libertad), bien diferente por cierto del Frente Justicialista de Liberación Nacional (el Frejuli original), que llevó a Héctor Cámpora a la presidencia en 1973: una alianza del justicialismo con partidos menores, apoyada por la organización Montoneros.
Si bien el caudillo de la provincia de San Luis picó en punta en el seno de la ortodoxia peronista, habrá que esperar los movimientos de Eduardo Duhalde, que siempre está. Aunque se declare cansado de decir que no será candidato, volvió al ruedo político tras el revés sufrido por el oficialismo en el Senado durante su disputa con las gremiales rurales, momento justo si los había. Duhalde fue muy debilitado por los Kirchner, pero siempre se las arregló para hacerse visible y nunca dejó de ser un hombre de consulta para el peronismo conservador. Por esas huestes apareció Carlos Menem pidiendo que “le pongan una fichita” en la carrera por la Casa Rosada, algo que parece, por lo menos, muy poco probable.

De la Patagonia, Córdoba y la Fórmula 1
En una primera instancia, Mario das Neves tuvo bastante prensa tras un par de cruces que mantuvo con Néstor Kirchner. Luego, con una fuerte pauta publicitaria en las transmisiones televisivas del fútbol, en las que invitaba a ingresar a su sitio de internet, el actual gobernador de la provincia de Chubut pudo dar algo de proyección nacional a su desconocida figura. Teniendo en cuenta el desgaste del oficialismo no duda en disparar: “Nunca fui menemista, ni duhaldista, ni kirchnerista. Yo pertenezco al Movimiento Nacional Justicialista, que perdura hace 60 años”. Así se despega de todos para presentarse como renovador y seducir al electorado peronista desencantado. Lo que no está muy claro es la impronta que adoptará. Tal vez alguna a medio camino entre el progresismo kirchnerista y el conservadurismo de los caudillos ortodoxos.
José Manuel de la Sota supo bucear en las turbulentas aguas del peronismo desde la restauración de la democracia, allá por 1983. Logró desalojar al radicalismo de la gobernación de la provincia de Córdoba (uno de los últimos bastiones radicales) y ahora reclama para sí capacidad de gestión y experiencia en cuestiones de gobierno, cosas que a su decir lo convierten en el candidato correcto. Ya se postuló a elecciones presidenciales en 2007. Pero al ver irreversible la escasez de apoyo con el que contaba, se bajó casi de inmediato. Recorriendo el país, De la Sota asegura que adquirió nuevos bríos y certezas para correr con otra suerte en 2011.
Los memoriosos recordarán que el dos veces gobernador de la provincia de Santa Fe y actual senador por ese distrito, Carlos AlbertoReutemann, llegó al mundo de la política de la mano del ex presidenteCarlos Menem. En cuanta reunión participa deja bien claro a sus interlocutores que en esta ocasión nadie lo apartará de la contienda presidencial. Su provincia fue la que más combate dio al gobierno cuando el conflicto por las retenciones al agro, y su postura al respecto le juega a favor para capitalizar la bronca ruralista. Si bien su figura tuvo gravitación negativa para el oficialismo cuando batallaba junto a los productores rurales, el jefe de gabinete, Sergio Massa, ve con buenos ojos la candidatura del ex piloto de Fórmula 1.
Otro peronista que compitió con Cristina Fernández por la presidencia con apoyo radical en 2007 es el ex ministro de Economía Roberto Lavagna. Aunque no lo confirme en público, se sabe que tiene aspiraciones presidenciales y busca acercarse a Felipe Solá.

Superdelegados argentinos
Son muchos los que dan vueltas alrededor de la candidatura por el peronismo y, “normalización” aparte, es casi seguro que bajo el paraguas del justicialismo se presente más de una fórmula en 2011, a causa de diferencias irremediables. La mayoría de los que hoy se lanzan abandonarán la contienda antes de tiempo, del mismo modo que las primarias estadounidenses iban devorando candidatos, aunque acá sin elecciones internas. Los apoyos que cada aspirante logre obtener de gobernadores y de intendentes de los principales distritos del conurbano bonaerense determinarán en definitiva su suerte.
También habrá que esperar a ver qué pasará en el kirchnerismo,un sector que suele guardarsus movimientos para último momento. Que el jefe de gabinete haya hablado bien de Reutemann es un detalle a no despreciar, ya que podría indicar que el oficialismo, en caso de no presentar candidato propio, podría apoyar al ex piloto de Fórmula 1 a cambio de coparticipar en su gestión.
Pero que el kirchnerismo esté desgastado no implica que emprenda la retirada, ya que en ámbitos oficialistas se maneja la posibilidad de que Néstor Kirchner se presente a las elecciones. Por otra parte, los planes anticrisis, en especial aquellos que apuntan a mantener el consumo (automóviles, electrodomésticos, turismo), pueden ser vistos además como un gesto hacia la oscilante clase media argentina, para cuya mayoría las razones económicas determinan el voto. Por otra parte, y siempre dentro de las medidas anticrisis, los acuerdos del gobierno con los industriales (reducción de impuestos y retenciones a cambio de que no despidan personal) redundarían tanto en evitar presiones del sector industrial como en mantener los niveles de empleo como paliativo a la escalada de precios en productos y servicios que se manifiesta en el país.

2009, Odisea electoral
Pero antes están las elecciones legislativas de este año, y su resultado influirá directamente en el reacomodo de los presidenciables, tanto del peronismo como de la oposición. El ex gobernador de Buenos Aires y actual diputado Felipe Solá, quien se separó del kirchnerismo manifestando que en ese espacio no hay lugar para el disenso, es una pieza codiciada tanto por el llamado “peronismo disidente” como por la oposición. Francisco de Narváez, diputado de la provincia de Buenos Aires por el peronismo, ha manifestado su intención de acordar con Solá, al igual que Roberto Lavagna. Dentro del peronismo, y en menor medida, Solá ha abierto el espacio de recambio que el vicepresidente argentino, Julio Cobos, representa para la oposición. Esto lo coloca en una posición más que ventajosa para su reubicación en el seno del justicialismo. Su figura cobró mayor relevancia a principios de año, cuando le reclamó a Carlos Reutemann que aclarara si sus aspiraciones presidenciales apuntan a “heredar al kirchnerismo” cuando abandone el poder o si, por el contrario, enfrentará al oficialismo para “ser un presidente diferente”.
Por sus antecedentes enelecciones anteriores y su escaso protagonismo, De la Sota tal vez deba abandonar la carrera antes de tiempo. La suerte de Das Neves está atada a su crecimiento en las encuestas y a los acuerdos que pueda lograr en el seno del justicialismo, mientras que Rodríguez Saá intentará alinear tras de sí al peronismo conservador sin bajarse de su candidatura. El que mejor parado parece estar es Reutemann, quien, pese a la falta de definición que le apuntaba Solá, registra un respetable consenso dentro del peronismo. ■


Nota publicada en La Diaria, Montevideo - Uruguay, 28 de enero de 2009.

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